Yuri Piettro Ferreira, un activista LGBTI que fue baleado por la policía de Jair Bolsonaro murió el pasado 21 de septiembre en un hecho que casi no tuvo trascendencia.
Estuvo internado 28 días en un hospital municipal en Relegango, tras recibir una bala durante operativo de la policía militar en Río de Janeiro.
Lo que pasó es confuso. Según testimonios reunidos por O Globo, el joven recibió los disparos en la puerta de su casa cuando quedó “en medio de un enfrentamiento entre la policía y narcotraficantes”, según dijeron testigos a O Globo.
Los amigos de la víctima dicen que los agentes de policía con una armadura policial militar (mejor conocida como Caveirão) llegaron disparando y una de las balas alcanzó a Yuri cuando estaba en la puerta. Sin embargo, desde la familia dijeron que intentaron llevárselo detenido.
En tanto, en la versión de la Policía Militar, el joven fue encontrado caído después del final de la acción destinada a “prevenir la celebración de eventos irregulares”. Por su parte el gobernador Wilson Witzel dijo que atacaron a la policía militar y se desató un enfrentamiento, y aseguró que iniciará una investigación interna.
Este domingo se celebró la edición N.º 24 del del Desfile del Orgullo, cuya consigna fue “defender la democracia y la libertad”. Los colectivos LGBTI denunciaron la censura promovida por el alcalde de la ciudad y líder evangélico, Marcelo Crivella, y se manifestaron en contra de las políticas antiderechos de Bolsonaro.
Según cifras del Grupu Gay de Bahía, al menos 320 personas LGBTI murieron por homofobia en 2018 y hasta el primer semestre de 2019 se habían registrado 126 asesinatos más.
Entre los casos mas graves se encuentra el femicidio de Marielle Franco, la concejala perteneciente al Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que fue acribillada en un auto junto a su asistente de prensa y el chofer.
Un día antes de ser asesinada, Marielle Franco había protestado en Twitter contra la muerte de Matheus Melo, un joven baleado cuando salía de una iglesia en la favela carioca de Jacarezinho.
Protestas contra la violencia policial en Río
La noche del 20 de septiembre, un día antes de la muerte del activista, una niña de 8 años fue alcanzada por la espalda por una bala de la misma fuerza de seguridad y murió. Al respecto, Witzel dijo: “Estoy satisfecho con los resultados presentados hasta ahora por la política de seguridad. No hay motivo para que alteremos todo por un hecho aislado como este”.
Las declaraciones del gobernador generaron la indignación de los pueblos afro, defensores de derechos humanos y otros grupos opositores al gobierno por la persecución constante de las fuerzas en las favelas.
En la noche del 23 de septiembre movilizaron a la Cámara Municipal de Río de Janeiro para reclamar el cese de la violencia estatal. “Esto puede sucedernos en cualquier minuto, estamos aquí y pasamos a comprar un pan y no sabemos si vamos a volver a casa. No hay forma de saber. Ya vi y presencié muchas muertes, confusiones, y la Policía no está preparada para lidiar con los residentes de la comunidad”, dijo a EFE Daniele Lima Félix, la tía de la niña asesinada.
Ágatha es la quinta niña que muere durante una acción policial en lo que va de 2019, según cifras de Fogo Cruzado, una plataforma en línea que realiza un seguimiento de la cantidad de tiroteos en Río. En total, según la plataforma, 16 niños han sido heridos o muertos desde que recaban cifras.
Por su parte, el Instituto Sou da Paz, aseguró en los primeros ocho meses del gobernador de Río de Janeiro Wilson Witzel, la policía militar asesinó a unas mil doscientas personas, un aumento del 16 por ciento en comparación al mismo periodo de 2018.
Fuente: https://notasperiodismopopular.com.ar/2019/09/26/81820/